En la población más antigua de Quintana Roo, descubre arquitectura colonial, naturaleza y aventuras de piratas.
Quintana Roo es selva, arena fina y mar turquesa del Caribe. Bacalar da un giro a ese paisaje con su larga laguna y su fuerte que la protegía de los piratas durante la época de la Colonia. La laguna es uno de los pocos cuerpos de agua superficial permanentes en la Península de Yucatán, pues su suelo calcáreo filtra el agua en lugar de permitir su acumulación. El agua dulce de su laguna se pinta de siete colores, o más, debido a la profundidad cambiante de la laguna y conforme los siete cenotes de diferentes diámetros y profundidades distribuidos a lo largo de ella reciben los rayos del sol. Sus nombres nos dan una idea de los colores de la laguna: Cenote Esmeralda y Cenote Negro.
Recórrela, nada o esnorquea en sus aguas poco profundas a través de un tour en lancha ($200 pesos por persona) o en los balnearios, que cuentan con restaurantes o palapas donde disfrutar los alimentos que uno lleve. Estos balnearios se encuentran en el mismo pueblo de Bacalar, como El Aserradero, o a 20 minutos de él en coche, como Sac-Ha y Xul-Ha.
La Laguna de Los Siete Colores y su Cenote Negro.
Además, en la laguna, conocerás los primeros ecosistemas de la Tierra y a los cuales debemos que la vida haya florecido. Se trata de los estromatolitos, formaciones de carbonato de calcio compuestas por micro-organismos cuyo hogar ha sido la laguna desde hace entre 6,000 y 10,000 años. Según la Dirección de Ecología de Bacalar, dominaron el planeta primitivo y lo cambiaron completamente al oxigenarlo y crear la capa de ozono. A medida que las plantas y los animales fueron evolucionando, empezaron a desplazarlos, ya sea por competencia o porque se los comieron. Actualmente, los estromatolitos aún existen en solo 12 países y México es uno de los pocos afortunados.
Estromatolitos, los primeros ecosistemas del planeta.
Pero el poblado de Bacalar también tiene historia: es la población más antigua de Quintana Roo, fundada debido a su posición estratégica en el año 435 d.C. por los Itzáes, una rama de los mayas chontales, los mismos que fundaron Chichén Itzá. Bacalar es, desde la época prehispánica y hasta finales del siglo XIX, un sitio de importancia para el comercio y, por lo tanto, víctima de ataques, debido a su ubicación geográfica al sur de Quintana Roo y sus posibilidades de comunicación con el mar, el interior de la Península y con Centroamérica, se sabe que las rutas llegaron hasta lo que es hoy Honduras.
Navegar a lo largo de los 42 kilómetros por los que se extiende la laguna evita cruzar a pie la selva baja espesa de la región. En época de lluvias, las tierras bajas inundables entre la zona norte de la laguna y la bahía de Chetumal forman canales que ofrecen acceso al mar.
Durante el siglo XVI, las ciudades del Caribe, como Bacalar, Isla Mujeres y Cozumel, fueron blanco de saqueos constantes de los piratas. En el siglo XVII, se intensifican los saqueos a los barcos mercantes, pues es el auge del tráfico de esclavos y del inicio de las grandes plantaciones de café, algodón, tabaco, azúcar y palo de tinte, madera altamente cotizada para fabricar sus embarcaciones.
Los españoles construyeron el Fuerte de San Felipe en 1733 contra los ataques de piratas y contrabandistas de palo de tinte, además de haber firmado el “Tratado de América” en 1670 con Inglaterra para reconocer el derecho de los británicos de comerciar e instalarse en el Nuevo Mundo y para combatir la piratería conjuntamente. Este fuerte de cuatro baluartes, una docena de cañones y una fosa finalmente dio seguridad al poblado de Bacalar. El comercio de palo de tinte, azúcar y ganado porcino floreció y con él, la prosperidad.
Abierto al público —excepto los lunes—, el Fuerte de San Felipe es ahora museo de sitio y alberga exposiciones temporales, como la Exposición Colectiva Visual Arquitectura Colonial y Arqueología en Quintana Roo, con dibujos de niños y adolescentes del Semillero Creativo de Artes Visuales de Bacalar que nos muestran su territorio a través de sus ojos.
Iglesias, construcciones mayas y el balam, jaguar en maya, es lo que aprecian de su territorio los niños autores de estas pinturas.
En la exposición permanente del museo sobre la historia de la zona, aparece la pirata Mary Read, que ha inspirado varias novelas, videojuegos y hasta canciones. ¿Cómo logró una mujer colarse entre los piratas? Desde pequeña, su madre la vistió de niño para hacerla pasar por el hijo que perdió de su esposo difunto y seguir recibiendo pensión de la abuela paterna. En la adolescencia y haciéndose pasar por hombre, se enrola en la marina británica y se casa con un soldado. Muerto su marido, viaja como marinero rumbo a las Indias Occidentales, pero su barco es capturado por el pirata Jack Rackham y su pareja Anne Bonny, a quienes acompaña en sus expediciones. Fue capturada por fuerzas del gobierno de Jamaica junto con el resto de la tripulación y muere ahí en prisión en 1721.
Fuerte de San Felipe al atardecer
Como su misión fue proteger la laguna, el Fuerte de San Felipe ofrece una bella vista panorámica de ella…y también del cielo. Así que es el lugar ideal para disfrutar el atardecer. El cielo se pinta de rosas, naranjas y rojos que trastocan los azules de la laguna hasta fundirlos con el azul oscuro de la noche de Quintana Roo.
Dónde comer: Deliciosa comida mexicana contemporánea en Costera 28, en avenida 1 esquina con calle 28, colonia Magisterial. Alrededor de la plaza central hay varios restaurantes de comida mexicana e internacional.
Dónde dormir: Hotel Aires de Bacalar, en Avenida 3 esquina calle 26. Colonia Mario Villanueva Madrid. https://www.airesbacalar.com/es/
Carla Pascual es autora de Descubrirme en Qatar, libro autobiográfico, y el primero escrito en español y que ofrece la mirada de una latinoamericana sobre la cultura árabe musulmana, pues las narrativas sobre Arabia usualmente provienen de EUA y de Europa.
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