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Espiritualidad en Japón. Nara (1 de 2)

Templos, ciervos silvestres y casas tradicionales te esperan en la que fue capital de Japón


Luego de practicar meditación budista desde hace más de 15 años, me emociona visitar el Parque de Nara. Él acoge varios de los templos budistas y sintoístas más importantes de Japón, construidos cuando Nara fue su capital política a partir del año 710. En 784, la capital política fue transferida a Kioto, pero Nara permaneció como centro religioso al que acudían las familias imperiales y la nobleza. La puedes visitar en un paseo de día al tomar el tren express de Japan Rail desde Kioto.


Kohfuku-ji y el budismo

El complejo de templos budistas Kohfuku-ji es uno de los más antiguos y famosos en Japón, pues fue el templo familiar del clan aristócrata más poderoso en la historia de la isla, el Fujiwara. Es el primer conjunto al que arribas al caminar de la estación de tren al Parque de Nara. Toma unos quince minutos si no te distraes con las tiendas de artesanías y souvenirs, lo cual es difícil. De entre los tres templos dorados, dos pagodas, dos pequeños halls circulares y la sala de exhibiciones Tesoros Nacionales, se impone ante mí el Templo Dorado Central por su gran tamaño y fina reconstrucción.


Templo Dorado Central en Kohfuku-ji, Nara, Japón
Templo Dorado Central en Kohfuku-ji

La gran mayoría de los templos y castillos en Japón han sido reconstruidos en algún momento. Son de madera y presa fácil de incendios naturales o provocados en guerras. El Templo Dorado Central se ha quemado siete veces desde su nacimiento en el año 710. Sus ruinas tuvieron que ser demolidas en el 2000 y la versión actual fue consagrada en 2018 con una serie de rituales. Es un ejemplo del arduo trabajo de investigación en imágenes, documentos y otros archivos para viajar al pasado, tratar de conocer cómo eran estos inmuebles y devolverles la vida lo más apegado posible a su versión original.

En el interior del Templo Dorado Central, me envolvió el ambiente de luz dorada, reflejo de las velas y linternas encendidas en las figuras del Buda de ese color. Sentí como si él me iluminara con sus enseñanzas sobre la impermanencia y el desapego que he aprendido. Su semblante sereno me dice que aplicar estas enseñanzas es una labor cotidiana.

Kohfuku-ji es sede de la escuela budista Hossō, introducida en Japón en el año 735[i] y que sostiene que todos los fenómenos son proyecciones creadas por la mente de quien los experimenta.

El budismo se originó en la India en el siglo IV A.C. y es atribuido a Siddhartha Gautama. Sus enseñanzas y discursos fueron documentados en los sutras. El Buda no es una figura divina y existen órdenes y monjes de ambos géneros, mas no una institución central. El budismo se expandió al noreste de Asia a lo largo de China y el reino coreano de Baekje hasta introducirse en Japón en el año 538. Otras sectas fueron llegando desde China a la isla posteriormente, pues Japón tiene siglos adoptando ideas, técnicas y avances científicos provenientes de ella y de la península de Corea. Desde luego, surgieron escuelas y nuevas corrientes en Japón, como Tendai, Shingon y Zen.


Ciervos en el santuario Kasuga Taisha en Nara, Japón Num. 5 publicada por Libros UNAM prólogo Magali Tercero
Ciervos en el santuario sintoísta Kasuga-taisha en Nara, Japón

El budismo recibió apoyo de los gobernantes nipones a lo largo de la historia, ha convivido con el sintoísmo, indígena de Japón, y se influyeron mutuamente. Durante el imperio Meiji (1868-1912) el budismo fue oprimido para erigir al sintoísmo como la doctrina nacional e incluso se buscó la separación de ambas. ¿Has oído hablar del sintoísmo?


Kasuga-taisha y el sintoísmo

El ambiente espiritual continúa rumbo al atractivo e importante santuario Kasuga-taisha, fundado en el año 760 también como recinto religioso del poderoso clan Fujiwara. Pertenece al sintoísmo y se ubica al pie del monte Mikasa, a unos 30 minutos a pie de Kohfuku-ji, si los ciervos que viven en el camino ascendente al santuario no te distraen. Tocarlos, tomar fotos y darles de comer galletas especiales que están a la venta, son algunas de las tentaciones con estos ciervos mensajeros de los dioses. ¿Crees que alguno tendría un mensaje para ti?

Las columnas del templo principal pintados de color naranja y adornado con cientos de linternas de bronce te seducen la vista. Me traje la luz del Buda del Templo Dorado Central y me imagino que enciende las linternas, como se hace durante los festivales. Cada diciembre desde hace 900 años, se realiza el festival Kasuga Wakamiya Onmatsuri, al cual asisten delegados del Emperador. Los artesanos se dan a la tarea de tallar en madera las muñecas Nara Ningyo y pintarlas con los colores de su elección. Ellas adornan los altares y los sombreros floreados de los bailarines de danzas ritualistas, cuyo objetivo era contrarrestar hambrunas y epidemias causadas por desastres naturales[i]. Actualmente, al menos 10 tipos de muñecas artesanales subsisten en Japón.


Parte del templo de Kasuga Taisha decorado con linternas de bronce. Nara, Japón
Parte del templo de Kasuga-taisha decorado con linternas de bronce

El sintoísmo no es una religión, sino una colección de creencias nativas y mitología, cuyos primeros registros se ubican en el siglo VIII. Se basa en la creencia de kami, que son deidades y espíritus que habitan tanto lo animado como lo inanimado, por ejemplo, los elementos, fuerzas y paisajes naturales, como montañas y lagos. Los kami pueden realizar acciones benignas o malignas, por lo que los creyentes buscan mantener una relación armónica con ellos.

El sintoísmo no cuenta con una doctrina ética codificada ni con una institución central. Los monjes son mayoritariamente hombres y se encargan de la sustentabilidad financiera de sus templos a través de la venta de souvenirs y amuletos, como el ema. Estos son tablillas rectangulares de madera que los creyentes y visitantes compran en los templos y donde escriben algún deseo para dejar colgada ahí y recibir buena vibra por parte del kami adorado en el templo. En año nuevo, los monjes las queman. Tú, ¿qué deseo pedirías?

Hay varios templos más en el parque de Nara, como el Todai-ji, que destaca por acoger una estatua de bronce de 15 toneladas del Buda en el edificio Daibutsuden. Luego de esta visita, vale la pena distrarte y tomar un taxi a Nara-machi, el encantador barrio antiguo.


Amuleto ema Japón
Amuleto ema

Nara-machi

El barrio antiguo cautiva por sus calles angostas y tranquilas que acogen las antiguas casas llamadas machiya, hechas de madera, con tejados color gris oscuro y puertas de papel. Su diseño y materiales regulan la temperatura y la humedad y resisten sismos de hasta cuatro grados en la escala de Richter. Actualmente, son talleres artesanales de alfarería, textiles y tallas de madera, tiendas o restaurantes.

No te distraigas tanto en tu caminata que pases de largo Koshi-no-Ie, una de las varias machiya cuyo interior puedes visitar gratuitamente. Las machiya son alargadas, con un jardín interior con vegetación que no solo conecta la casa principal a un cuarto separado y al almacén al fondo, sino que brinda conexión con la naturaleza. Tienen cajones debajo de las escaleras y confortables pisos con tatami, una estera fabricada en paja. 


Machiya Koshi-no-Ie en el barrio antiguo de Nara, Nara-machi, Japón
Machiya Koshi-no-Ie en el barrio antiguo de Nara, Nara-machi

Bastaron 74 años como capital política para enriquecer culturalmente a Nara al grado que hoy mantiene una excelente muestra de templos que envuelven en espiritualidad y de artesanías, como las muñecas Nara Ningyo y las casas machiya.



Carla Pascual es autora de la autoficción Descubrirme en Qatar, el único libro escrito en español y que ofrece la mirada de una latinoamericana sobre la cultura árabe musulmana, pues las narrativas sobre Arabia usualmente provienen de EUA y de Europa.

A la venta en México en Librerías Gandhi e independientes y con NitroPress en ferias del libro, su tienda virtual y por WhatsApp +525512287960




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