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Holbox o el paraíso perdido 2/2

La isla rodeada por aguas turquesa que vuelve al agujero negro


Amanezco entusiasmada en Holbox, una isla de pescadores ubicada en el Área de Protección de Flora y Fauna Yum-Balam al norte de la península de Yucatán, en México, y cuyo nombre en maya significa agujero negro.

Junto con varias decenas de turistas, camino al muelle que me llevará a disfrutar del mayor atractivo de Holbox: nadar con el tiburón ballena, el pez más grande del mundo, en el Mar Caribe. Paso frente a un mural, en Holbox abundan. Buena parte de él es ocupado por el enorme hocico del tiburón ballena que acapara el plancton, el alimento que lo lleva a crecer al menos 12 metros de longitud. Frente a ese hocico, abierto de hambre caí cuando me lancé de la lancha al mar abierto bajo la orden de Álex, nuestro joven guía.

El susto me hizo nadar a toda prisa para salir de su trayecto y colocarme a su costado, como nos había instruido Álex. La piel gris moteada en blanco del tiburón ballena devoró mi campo visual. Me sentí abrumada por su volumen e insignificante ante él y el resto del reino animal. Su enorme tamaño se convirtió en gran belleza. Sin duda, las creaciones más bellas sobre la tierra son las de la naturaleza. Por más que traté de mantenerme a su lado para disfrutarlo, su nado veloz me dejó atrás.

Tiburón ballena en Holbox, Área de Protección de Flora y Fauna Yum-Balam
Tiburón ballena, el pez más grande del mundo

Nos esperaba un largo regreso a Holbox y entre las olas que nos salpicaban y un sol intenso aproveché para platicar con Álex, de 21 años. La mayoría de los guías son también locales que se certifican. Su padre, el capitán de la lancha, llegó a la isla en su adolescencia de su originario Peto, Yucatán, y se dedicó a la pesca. “Yo estudié hasta la secundaria”. “¿Por qué no continuaste a la prepa?”, pregunté. “Solo hay la abierta en Holbox. La preparatoria de claustro está en Chiquilá. Y, me reconozco pescador. Somos pescadores”. “La salud, ¿tienen servicio de salud en Holbox?”. Tomó el largo trago de agua de su botella de plástico y me respondió que la misma clínica de siempre y con la misma calidad regular. El crecimiento económico a raíz del turismo no había tocado los servicios públicos de la isla.

En Holbox, parte del Área de Protección de Flora y Fauna Yum-Balam, “Hasta 1995, solo existían cuatro posadas sencillas” y en 2018, había 101 hoteles, según datos del INEGI [1]. “¿Cómo era tu vida antes de la invasión turística de Holbox?”. “El tiburón ballena se veía desde la playa”. Me sorprendí, ahora toma navegar dos horas mar adentro para toparse con uno. “El medio ambiente se ha deteriorado y su alimento se ha ahuyentado. También el fenómeno natural de la marea roja de 2015 alejó su alimento. Los delfines y las tortugas se veían desde la orilla del mar”. Sentí mi ceño fruncido, ¿en serio? “En cuatro horas de trayecto no hemos visto ni uno, ustedes ni siquiera mencionaron la posibilidad de verlos”. Álex se encogió de hombros. Aunque había visto delfines y tortugas representados en murales. ¿Era un consuelo? Resulta que la iluminación proveniente de construcciones en la playa impacta el comportamiento de las tortugas laúd, carey, blanca y caguama que desovan en las playas de Holbox [2], especies en peligro de extinción.

Tiburón ballena en la isla de Holbox, Área de Protección de Flora y Fauna Yum-Balam
Tiburón ballena

“Teníamos electricidad unas horas por la mañana, otras por la tarde y algunas por la noche. Dormíamos con las ventanas y puertas abiertas para tener ventilación, y porque era seguro. Ahora hay que encerrarse”. Lo cual conlleva a más demanda de electricidad, pensé. “Ya no es tan tranquilo como antes. Llegó el alcohol a Holbox y luego las drogas con el cártel de Sinaloa”. Ahora yo tomé un largo trago de agua para limpiar mi boca del sabor amargo.

“Y los jóvenes, ¿a qué se dedican?”. “Muchos migran a Cancún a ser maestros, o a estudiar y emplearse allá”, me respondió. Así que ni siquiera es opción para los jóvenes hacer carrera en Holbox como profesionistas o ser pescadores a pesar del crecimiento económico. La isla ha sido abandonada por segunda ocasión por parte de sus pobladores.

Me volteé con el capitán. La lancha no era de él. Con el dinero ganado, compró una segunda lancha de pesca. Me contó que antes de la invasión turística había peces de muchos colores y el coral del arrecife brillaba. Al esnorquelear, vi poco coral, blanqueado por el incremento de la temperatura del mar, hogar de unos cuantos peces, en franca agonía. “Cada mañana salíamos a pescar y a través de la cooperativa vendíamos el pescado fuera de Holbox y nos quedábamos con una parte para nosotros. Vivíamos bien, teníamos dinerito. Holbox era muy bonito y tranquilo”. Recordé lo que me dijo Gaby: “Pienso que los locales extrañan la belleza y tranquilidad de Holbox, pero se evaden con su dinero”.

Suspiré, cuando eran dueños de las tierras ejidales, vivían en su paraíso, bajo sus reglas y organizados como pescadores, es decir, con el potencial para organizarse y perseguir objetivos adicionales. Si antes del arribo de los inversionistas, los pobladores de Holbox llegaron a pensar que necesitaban más dinero, ¿qué pudieron hacer? Cobrar cara la entrada a Holbox y la estancia y desarrollar un plan de manejo [3] (actualmente, la estancia en Holbox es cara, pero el dinero va principalmente a los privados).

El país asiático de Bután cobra una Cuota de Desarrollo Sustentable (SDF) de 200 USD por noche por turista y estableció normas respecto al diseño de los tours. Corresponde al Estado mediar entre los grupos, así como definir una política de desarrollo que preserve aquello que es único de cada comunidad y con ello, la diversidad. Lamentablemente, el Estado mexicano no ejerce estas funciones cabalmente.

Fauna de Holbox representada en el letrero.
Fauna de Holbox representada en el letrero. Foto de Erick Huerta

Seguimos navegando a lo largo de la costa de la isla para alcanzar el muelle y no una marina, cuya construcción lograron detener las organizaciones locales, nacionales e internacionales [4] que luchan por la conservación de Holbox. Contemplo sin obstáculos el azul clarísimo, azul claro, azul medio que toma el mar, pues también lograron impedir la construcción de palafitos, que habrían alterado el crecimiento de los pastos marinos, las corrientes marinas y con ello, la vida de las especies, especialmente de la tortuga carey. El ruido de su construcción también habría desplazado a aves, como el flamenco. Qué decir de la construcción de helipuertos que impidieron. Sentí alivio de que el cielo aquí no los conoce y aún es hogar, aunque en menor número, de águilas, halcones, golondrinas de mar y garzas.

Sin embargo, el paraíso va diluyéndose bajo la presión de los inversionistas, siento que Holbox se traga así misma en su agujero negro. El cambio más reciente en 2022 fue la autorización para construir edificios de tres pisos y no hasta dos. Ni los murales lograrán ser la ventana para conocer las plantas y los animales que alguna vez vivieron en Holbox porque no son pintados en su mayoría por la población local, así que carecen de memoria larga y profunda. No veo en ellos cocodrilos, manatís, boas constrictor, mapaches, búhos y cientos de especies más.

De pie en la playa, recibo los rayos del atardecer. Recuerdo que Holbox no es el único paraíso en el mundo cuyo territorio fue vendido por o arrebatado sigilosamente a sus pobladores por parte de inversionistas y que queda destruido social y ambientalmente luego de las inversiones privadas que falsamente prometen beneficios a sus habitantes y que son consentidas por los gobiernos. ¿La estrategia? Aplicar las máximas de la guerra: paciencia por meses o años para dividir al enemigo, es decir, a los pobladores. También el hostigamiento, el encarcelamiento ilegal y los asesinatos, incluso extrajudiciales. En el año 2022, Global Witness reportó el asesinato de 200 defensores ambientales y del territorio en el mundo, casi cuatro por semana [5]. En 2021, México se convirtió en el país más letal para los defensores del medio ambiente con al menos 582 agresiones en el año, más de diez por semana, y dos asesinatos al mes, en promedio [6]. "Periodismo de lo Posible" muestra las historias de defensa del territorio en México en su podcast.

Desde la orilla del mar, imagino al tiburón ballena a unos metros de mí, me avasalla su enorme color gris. Mis ojos se refugian en el color violeta del atardecer, desaparece, como los paraísos alrededor del mundo.


Isla de Holbox al atardecer, Área de Protección de Flora y Fauna Yum-Balam
Isla de Holbox al atardecer. Foto de Rocío Pliego Rivera

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[1] Animal Político, https://www.animalpolitico.com/sociedad/holbox-paraiso-que-muere-lentamente, consultado el 23 de junio de 2023. [2] Centro de Mexicano de Derecho Ambiental, https://www.cemda.org.mx/programa-de-manejo-de-holbox-debe-garantizar-proteccion-a-zonas-fragiles-y-vulnerables/ , consultado el 24 de junio de 2023

[3] La isla de K'gari (Fraser) en Australia es un ejemplo de conservación. Es la isla de arena más grande del mundo y su nombre se traduce como “paraíso”. La cantidad de comercios y de visitantes está limitada y sus pobladores ancestrales, el pueblo indígena Butchulla, participa en la conservación del medio ambiente y de la cultura de la isla junto con varios niveles de gobierno.

[4] Algunas de las organizaciones involucradas en la defensa de Holbox son Alma Verde, Amigos de Sian Ka´an, Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente, Asociación de Hoteles de Holbox, Casa Wayuu, Centinelas del Agua, Centro de Innovación e Investigación para el Desarrollo Sustentable, Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Centro para la Diversidad Biológica, Flora, Fauna y Cultura de México, Greenpeace México, Grupo Tortuguero del Caribe, Kanché, Manatus México, Moces Yax Cuxtak, Onca Maya, Organización Mexicana para la Conservación del Ambiente, Razonatura, Reserva Ecológica El Edén, Todos Unidos por Holbox, Voces Unidas de Puerto Morelos. [5] Global Witness, Decade of defiance, https://www.globalwitness.org/en/campaigns/environmental-activists/decade-defiance/, consultado el 21 de junio de 2023. [6] Infobae, https://www.infobae.com/mexico/2023/04/20/mexico-tuvo-un-tercer-ano-letal-para-defensores-del-medio-ambiente-con-24-activistas-asesinados-cemda/, consultado el 21 de junio de 2023.





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